Los jeques árabes de la fruta expanden su negocio desde Chile
Unifrutti, que pertenece a un fondo de inversión del Gobierno de Emiratos Arabes, avanza en su presencia internacional y tras la reciente adquisición en el país de Verfrut toma vuelo su plataforma global de fruta fresca.
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Cada vez está más cerca el gran objetivo estratégico de Unifrutti de contar con una plataforma para la comercialización de fruta fresca diversificada globalmente. Un paso importante para eso se dio aquí, en Chile, la semana pasada, con la aprobación que dio la Fiscalía Nacional Económica a la compra de la frutícola local Verfrut, que se anunció en febrero pasado. Tras un análisis detallado, la entidad concluyó que la operación, con un valor empresa de US$ 680 millones, no afectaría significativamente la competencia en los mercados de frutas frescas en Chile y no superaría los umbrales establecidos. Luego del visto bueno de la autoridad, Unifrutti asumirá los negocios de Verfrut en Chile y Perú.
Desde marzo de 2022 Unifrutti pertenece a un fondo de inversión del Gobierno de Emiratos Árabes Unidos, ADQ. Tiene 14 mil hectáreas de capacidad de producción global de fruta fresca pero, con la adquisición de Verfrut, aumentará la superficie para sus operaciones agrícolas llegando a aproximadamente 21.500 hectáreas.
Las negociaciones y actividades de compra de Unifrutti fueron intensas durante los primeros tres meses del año. En consonancia con eso, el CEO de la firma, Mohamed Eksarky, escribió en su cuenta de LinkedIn que “el primer semestre de 2024 marcó un momento crucial para Unifrutti, un salto adelante en la dirección de la consolidación de la plataforma global multifruta de nuestro grupo”.
Su frase tiene toda la lógica del mundo porque, a pocos días de firmar en febrero el acuerdo con Verfrut, Unifrutti anunció la adquisición de la empresa agrícola siciliana Castellana, que produce naranjas rojas. Y en marzo se informó que las peruanas AvoAmerica y Bomarea también pasarán a su propiedad, lo que implicará sumar la producción y comercialización de 2 mil hectáreas de plantaciones premium de arándanos y paltas. Adicionalmente, en los últimos meses, altos ejecutivos de la firma han contado que están mirando posibilidades en México y, a fines de abril, el propio Eksarky visitó República Dominicana, donde se entrevistó con las autoridades para explorar oportunidades de inversión.
Chile, el primer paso
Cuando en febrero se informó de la compra de Verfrut, Elsarky fue claro respecto de las sinergias que se lograrán. “La oferta combinada de Unifrutti y Verfrut nos permitirá ofrecer a los clientes productos de alta calidad durante casi todo el año, fortaleciendo así nuestra presencia en estos mercados de rápido crecimiento”. La meta es fortalecer la posición de la empresa en uvas, cerezas, kiwis, manzanas y otras frutas, y considera “inversiones adicionales para expandirnos y mejorar aún más”, dijo.
La adquisición de Verfrut, ha dicho, representa finalmente un primer paso significativo para impulsar el crecimiento en Estados Unidos, China y Europa, junto con un mercado históricamente importante como Europa, para una variedad de productos, tanto existentes como nuevos en nuestra cartera.
Este interés en el negocio agroindustrial no es exclusivo de las firmas o fondos de los Emiratos Árabes. En general, los países de esa región están buscando oportunidades en los cinco contenientes, en sintonía con las estrategias de seguridad alimentaria que impulsan sus gobiernos ante las dificultades de abastecimiento y producción que generan sus condiciones geográficas y climáticas. Y Chile tiene un atractivo especial para ellos.
“El mundo va a demandar un 50% más de alimento de aquí al 2030”, afirma Antonio Walker, presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA). En ese contexto, explica que fondos como ADQ vienen a Chile a buscar una buena gestión agrícola. “Ellos tienen el capital, tienen el mercado y llegan a comprar empresas que tienen flujos y operación en desarrollo; no parten de cero porque eso es muy lento y porque, por supuesto, tienen que recuperar esa inversión”, dice.
Los primeros en llegar
En la década de los 80 se instaló en Chile la primera empresa agroindustrial proveniente del mundo árabe, Fresh Del Monte. Se trata de la segunda exportadora más grande del mundo, de capitales palestinos (familia Abu-Ghazaleh), con ventas por sobre los US$ 5.000 millones anuales, cuenta Nicolás Manzur, director ejecutivo en CAMCHA, Cámara Chileno-Árabe de Comercio e Inversiones.
A principios de los 90, llegó al país la inversión de la empresa de la familia saudita Sharbatly, Sharbatly Fruit, a través de la adquisición de Agrisouth Estates. Con operaciones en la Región del Maule, la mayor parte de la producción es adquirida por Sharbatly, que la comercializa en el medio oriente, explica Manzur.
Walker cree que seguirán llegando al país fondos de inversión, y no sólo árabes: “Hay mercado, un país confiable con productos caracterizados por su inocuidad, trazabilidad, calidad y, en especial, el sabor, porque tenemos un clima mediterráneo, y como son productos caros, para mercados nicho, eso es muy importante”.
¿Hay espacio para todos?
Una de las características del mercado agrícola nacional, y que fue destacado por el informe de la FNE sobre la venta de Verfrut, es su atomización. Antonio Walker cuenta que, efectivamente, el 93% de los agricultores en Chile son pequeños y medianos y hay más de 500 exportadoras.
Hay mercado, dice, pero el desafío actual es para los medianos productores, ya que los pequeños ya cuentan con algunas herramientas de apoyo públicas y los grandes tienes más medios o se integran verticalmente. “Los medianos deben poder subirse al carro de los grandes, es decir, producir, procesar y exportar”, para lo cual se requiere de alianzas, en cualquiera de sus formas, por ejemplo, las cooperativas modernas como son los casos de Colún o Pisco Capel”.